Zhitomir: un grupo de gente mayor se acerca a la carpa donde los voluntarios de Cáritas distribuyen comidas. Son personas de Jersón, de Izium, de Bahkmut, de Mariupol. Galina Shkrabiy tiene 73 años. Su casa estaba a 500 metros de Azovstal, en Mariupol. Fue destruída por los bombardeos y resistió en el sótano con su marido y su nieto, comiendo pan seco y bebiendo nieve derritida por tres semanas. «Ahora vivimos de la caridad. No tenemos nada pero estamos vivos».

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