Rusia hace lo que puede por desestabilizar Europa desde hace tiempo. El brexit, el proces, refugiados, etc. Ahora que cierra el gas y desafía a la OTAN… No me extrañaría que le devolvieran el favor. La CIA es experta en montarle alguna revolución o ayudar a alguna ya incipiente como las de Chechenia, Kajastán o Bielorrusia. No me extrañaría que le montaran segundos frentes a Putin. Y Rusia no está para segundos frentes.

El analista experto Álvaro Argüelles comenta en la SER que lo sucedido es un punto de inflexión en la guerra. También se muestra prudente porque aunque asegura que esto cambia las tornas, eso no quiere decir que Rusia esté derrotada. Simplemente que la iniciativa ahora mismo es ucraniana.

Creo que es básicamente lo que acabo de decir en mi anterior post.

La contraofensiva en Jarkov es lo que se llama un antes y un después. Un «game changer». Hay decenas de miles de tropas rusas capturadas. Los ucranianos están teniendo problemas para hacerse cargo. Entre ellas coroneles, generales e incluso el teniente general que lideraba todo el frente este. Las ganancias en territorio continúan cada minuto. Pero las ganancias en material son de tal proporción que Ucrania no va a tener problemas en los próximos meses. Tanques, combustible, montañas de munición, artillería… Un botín sin parangón.

Otro punto no desdeñable es la moral. La moral rusa se ha hecho añicos. Los ucranianos atacan así en todos los frentes, han aprovechado la coyuntura, y amenazan también Severodonetks, Donetks y Kherson, donde por cierto hay 20. 000 soldados rusos copados.

Lo sabremos los próximos días pero Rusia puede que pierda un tercio de su ejército en Ucrania en las próximas tres semanas además de todo lo ganado durante meses. Shoigu y Gerasimov son historia. Putin recibe terribles críticas, sobretodo desde el propio ejército.

Desde la Tormenta del desierto ningún ejército ha avanzado tanto y con tan buen resultado como el ucraniano las últimas 48 horas.

Esto es definitivo.

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