De todas formas. La guerra ha cambiado pero aquí no hay nada ganado. Ahora no, pero en primavera los rusos pueden movilizar grandes ejércitos. Esto aún puede dar muchas vueltas.

Por eso los ucranianos se apresuran antes de que el barro se coma todo el campo. La rasputitsa. No quieren perder el momento.

El único «pero» que se le puede hacer al ejército ucraniano es que aún no ha conseguido embolsar y hacer rendirse a un gran ejército ruso. Parecen no ser suficientes para ello. Acorralan y ponen en fuga. Pero no logran una captura o caída de ejércitos enteros. Aún.

Putin da órdenes directas a los comandantes sobre el terreno. Por eso mandó defender Lyman de manera absurda. Lo mismo hace con Kherson. No deja iniciativa a los militares. Letal fórmula perfecta para la derrota.

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