La gran ofensiva rusa ha comenzado. 13 de Febrero de 2023.

Putin ha dado orden a su ejército de conquistar Donbass antes del 24 de febrero. Por ello, y para adelantarse a la llegada de los tanques occidentales, ha dado orden de atacar con todas sus fuerzas por tres lugares:

  1. Por el norte, por el eje Svatove-Kreminna hacia Kupiansk y Lyman.
  2. En el centro, el asalto a Bahkmut.
  3. En el sur, sobre la población de Vuhledar.

Hay que decir que Rusia ha aprendido de errores pasados, adaptándose a la guerra. Por ejemplo ha alejado y dispersado sus depósitos de municiones y centros de mando. A pesar de lo cual su capacidad logística sigue siendo su gran debilidad. También ha conseguido muchas tropas gracias a las movilizaciones, aunque está por ver si verdadera utilidad tras masacrar a su ejército profesional en 2022. También ha conseguido -adaptando la industria y quedándose con pedidos destinados a los ejércitos indio y argelino – unos 300 tanques nuevos, a los que han de sumarse otros tantos reciclados de sus viejos almacenes.
Con todo ello, y después de debilitar el frente más fortificado de Ucrania en Bahkmut con convictos Wagner (que han dejado de reclutarse por las enormes bajas, demostrando que no era una baza eterna), Putin ha decidido jugarse el todo por el todo: la orden es determinante. Asaltar Donbass y conquistar con un avasallador ataque el territorio que aún conservan los ucranianos en torno a Krammatorsk y Esloviansk.

Los rusos, avanzan aunque lentamente en el área de Kreminna hacia Kupiansk. En Bahkmut han tomado Krasna Hora, el frente norte de la localidad, haciendo muy difícil aprovisionarla. Aunque es en Vuhledar, en el frente sur, donde están fracasando sin paliativos después de que sus infantes de marina perdieran tres batallones completos de tanques de la misma manera que los perdieron en torno a Kiev y Jarkov el pasado año.

Desde las filas rusas ya han surgido las críticas. Prigozhin, líder del Wagner, ha ironizado que al ritmo actual, Rusia tardará dos años en tomar todo el Donbass. El comandante de la milicia pro rusa de Lugansk Alexander Khodaklosky, por su parte, cree que Rusia debería atrincherarse provocando bajas a los ucranianos mientras acumula fuerzas para la ofensiva y asegura que en este momento Rusia es demasiado débil. Cree asimismo que la «estrategia de calderos» de Ucrania, consistente en resistir en algunos puntos a ultranza (como hicieran en Severodonekst y Mariupol) funciona porque distrae muchas tropas rusas y las desgasta lo suficiente para permitirse atacar a posteriori. En este sentido este y otros comandantes coinciden con la estrategia que llevaba el depuesto Surovikin, partidario de esperar y desgastar al enemigo.
Y esa parece la estrategia de Zaluhzni, mantener a ultranza la defensa en varios lugares mientras acumula fuerzas y espera los prometidos tanques. Con la esperanza de resistir y debilitar al enemigo antes de rematarlo. ¿Conseguirán resistir frente a la ola rusa lo suficiente para conseguirlo? Ahí estará la clave.

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