Me encanta esta reflexión de Argemino Barro. Hay que relajar el ego. El terrible y penoso ego. Desde que he osado escribir de conflictos -en los que he estado en primera línea por cierto- me he dado cuenta de que ninguno sabemos una mierda. «Cuanto más sepas de la guerra menos sabrás de la guerra», me dijo en Irak un «contratista». Yo reconozco que NO soy un experto. Hay que saber muchísimo para serlo. Pero también creo que ni siquiera estos tienen ni puta idea. Ya hemos visto a famosos epidemiólogos quivocarse mucho con el COVID. Y he escuchado a expertos en la guerra decir que el ejército afgano iba a resistir años. O que Putin no iba a atacar (el 90% de los expertos). O que Rusia es imbatible e iba a tomar Kiev. Y después a avanzar lenta pero inexorablemente. Alguno de ellos hasta ataca al resto. «Yo soy un experto, ¿quién eres tú?» gritan en tus páginas y muros. Y luego la cagan como todos. Así que relax. Que nadie podemos predecir nada. Y todos nos equivocamos. Mantengamos la humildad y respetemos al resto de opinólogos, expertos y periodistas.
Y sobretodo. No olvidemos que nuestros egos no son nada. Lo que importa es la TRAGEDIA de una guerra que ha destruído un país y amenaza con empobrecernos a todos.
Según se puede consultar en las fuentes abiertas OSINT, el material dejado atrás por los rusos es tal que ya no urge tanto la ayuda militar occidental a medio plazo. Tanques, carros blindados, camiones, cañones, talleres, radares, munición, ropa, impedimenta…
Lo positivo para Rusia es lo que dije ayer: al menos por ahora no se ven tantos prisioneros. Tal vez haya escapado la mayoría de su ejército. Lo que no es poco.
Según el grupo de estudio Oryx situado en Holanda, unos 970 tanques rusos habrían sido destruídos antes de la ofensiva ucraniana en Jarkov. Hablamos solamente de los que ese grupo de investigadores ha confirnado con fotos. Por lo que el número real es de seguro sustancialmente mayor. Tras la debacle de Jarkov los rusos han perdido decenas de tanques más, muchos de los cuales están en manos ucranianas en perfecto estado.
La «Operación Militar Especial» de Putin empezó este despropósito de invasión con 3.000 tanques. Cifra apabullante. Que aterrorizaría a cualquiera. Pero ya han perdido más de un tercio de los mejores que tenían. O tal vez la mitad. Para poder establecer una comparación y situar la debacle de la que hablamos, el ejército español tiene unos 300 tanques en total. Número perdido por Putin solamente en la batalla en torno a Kiev. Así las cosas, los rusos empiezan a tirar de reservas en mal estado y T-60s con décadas de antigüedad.
Putin a la desesperada: pide armas a Corea del Norte. Y se va a reunir en Uzbekistán con Xi Jinpin. La ayuda china podría dar la vuelta a la situación. Lo que queda claro es que Rusia no es una potencia militar. No se basta sola para defender su patio trasero. De gran imperio a satélite de China.
-El desastre de Hostomel.
-La derrota en Kiev.
-El hundimiento del buque insignia Moskova.
-La retirada de la Isla de las Serpientes.
-La destrucción de la base aérea de Saki.
-La trampa a 20 batallones en Kherson.
-La debacle de Jarkov e Izium…
Ya nunca se considerará al ejército ruso como el segundo mejor del mundo. Pase lo que pase en la guerra su prestigio ha quedado tocado para siempre. Han quedado como un atajo de:
-Saqueadores embrutecidos.
-Pollos sin cabeza.
-Mandos inoperativos y corruptos.
-Milicias sin orden operacional.
-Mercenarios sin objetivo.
Y esto tiene muchas consecuencias. Para su hegemonía regional y para su empresa militar.
Putin es un loco, un criminal y un estúpido.