La noticia de la semana es la decisión de Alemania de dar luz verde a que se envíen tanques Leopard a Ucrania. E incluso a enviar los que tienen almacenados. Lo que, de facto significa también que Biden ha decidido enviar tanques Abrahms. En la Revista Ejércitos insinúan sin confirmar que podemos estar hablando de unos 100 Leopards si los envían todos los países que los tienen entre los aliados (hasta Suiza se ha ofrecido a hacerlo y España tiene unos 40 almacenados) a los que se sumarían 50 Abrahms y14 Challengers. También se llega a comentar que Francia podría enviar tanques Leclerc. A toda esta flota -que se pretende tener lista para la anunciada ofensiva de primavera, habría que sumar los 90 t-72 que va a enviar República Checa, más las decenas de tanques ligeros Bradley, Marder y AMX. En suma: un despliegue imponente de lo mejor del arsenal occidental que además por fuerza debe ser apoyado desde el aire por posibles aviones F-16. Como punto negativo, se trataría de una escalada clara y contundente en esta guerra y además tantos carros de tantos ejércitos diferentes suponen una pesadilla logística que aunque los ucranianos niegan, es una evidencia para los expertos occidentales.

Por el lado ucraniano la otra gran noticia es la destitución de un importante número de viceministros, gobernadores y fiscales por corrupción. Zelenski sabe que la ayuda occidental depende en gran medida de que esta no sea afanada y dilapidada por el camino.

Por la parte rusa se sigue atacando con gran ferocidad en torno a Bahkmut y Krasna Hora; la primera ya casi está completamente rodeada y la segunda posiblemente ha empezado a ser invadida. También por las zonas de Kreminna y Zaporiyia se están produciendo ataques decididos rusos. Y las inteligencias occidentales comentan que ya es un hecho que los rusos preparan una gran ofensiva en Donbass, aunque es poco probable que se produzca un nuevo ataque desde Bielorrusia

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